¡Mercado Medieval!, por esto fuimos a Miranda.
Había bastantes puestos, en la plaza, en una calle y en otra plazoleta. Pero... ¡una lastima el tiempo!, porque no acompañaba ni para el visitante, ni para el cliente ,ni al dueño del puesto (queso, madera, colgantes, cuero y tío-vivo.)
jueves, 3 de mayo de 2012
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